Contador web

viernes, 18 de septiembre de 2009

HELENA FERKOVIC SE DESAHOGA CON F. J AGUIRRE.

.

Abrázame, Fran, necesito que alguien me abrace y necesito pensar que Marko sigue vivo. Me han dicho que lo han visto entre los capturados de Kukuruzari que han salido en la RAI. Mi marido es el hombre más bueno del mundo, y el más guapo. Las mujeres que lo conocen te dirán que han estado locas por él desde que vino a veranear a Dubrovnik con quince años , y que él sólo ha tenido ojos para mi .


Tú algún día te irás y no volveremos a vernos nunca, eres un hombre extraño, de esos hombres que ha traído la guerra, pero hay algo en ti que me dice que no vas a hacerme daño y que nada malo puede llegar mientras esté contigo. Parece que comprendes las cosas que pasan. Cuando te veo con Darío mirando fotos, los dos tan inteligentes, tan peligrosos... sois tan distintos a mi marido. La guerra la ha traído gente como mi hermano y como el primo Stanko, que podía haberse quedado en Argentina, pero ha preferido venir a ayudar a matarnos. Tú no eres periodista, Franjo querido, la guerra es como un imán para ti, a mi me pasa todo lo contrario.



Teníamos que habernos quedado en Italia, ahora que Marko también tenía trabajo. Pero tuvimos que venir porque se empeñó en que mi hermano le hiciera un nuevo book. En Milán nos cobraban nueve mil dólares Aquí lo enredaron, fue todo tan rápido. No teníamos que haber venido, es lo único que veo claro. A parte de eso no entiendo nada y lo que menos entiendo es porqué nos están bombardeando. ¿Qué vas a pensar de nosotros, Franjo? No creas que esto ha sido siempre así, hace veinte años la vida era totalmente distinta y nadie podía pensar que iba a llegar lo que ha llegado. Yo entonces vivía en Split y como allí no teníamos un pabellón lo bastante alto para lanzar las mazas pasaba la mayor parte del año en Belgrado, con mi amiga Martina. Martina es como mi hermana. Todo el día entrenando, eso es lo que hacía. Luego estaban las competiciones. A España fui dos veces, a Barcelona. Entonces papá había venido a trabajar aquí y siempre me preguntaba por los hoteles, él trabajaba de director de un hotel y siempre quería saber si alguna cosa me había llamado la atención. Yo diferenciaba los países en países pobres y ricos, y distinguía entre hoteles limpios y sucios. En mi imaginación, España era un país más pobre que Yugoslavia y sus hoteles me parecían muy sucios porque había servilletas de papel tiradas en el suelo del bar.


Franjo, querido, si me hubieses visto cuando tenía quince años, no había en Europa una mujer que pisara como yo con la barbilla levantada y aquellas piernas tan largas. Luego vino el trabajo en Italia, el estudio de idiomas, el dinero, Marko... No te puedes imaginar la cantidad de hombres que han intentado hacer el amor conmigo, me han ofrecido Ferraris, viñedos, castillos, palacios. Yo me moría de risa porque sentía que tenía algo mucho más difícil de encontrar, mi Marko, mi amor que solo tiene ojos para mi, que solo vive para mi y que no puede estar muerto. Fran, querido, dime que no va a pasar nada malo, que tú estás aquí para evitar que pase nada malo. Y abrázame fuerte, Franjo, abrázame y déjame llorar.


.